La primera sesión tiene una duración de 45 minutos a 1 hora, en donde estaré escuchando con atención para poder definir el problema principal que traes a consulta. Si no lo tienes claro, ¡¡no te preocupes!!. Yo me iré encargando de hacerte preguntas y guiarte para que pueda entender tu problema, con todos sus matices.

Cada sesión tiene una duración de 45 minutos, aunque si es necesario, puntualmente se puede extender hasta 15 minutos más.

En esta primera sesión, al igual que las demás, son un espacio seguro para ti y fuera de juicios, en el que voy a estar totalmente presente para ti con una actitud de escucha activa, abierta y muy empática. Así que podrás contarme lo que necesites en ese momento, lo que te preocupe o inquiete… Y podrás contar hasta donde tu quieras y hasta donde te sientas preparad@. Respetaré mucho tus tiempos.

¡¡Claro que sí!! No te voy a mentir, al comienzo yo también tenía ese miedo, sin embargo al realizar las sesiones no hay ninguna diferencia, ya que aunque tengamos una pantalla por delante la relación puede hacerse muy cercana.

Lo único principal que siempre recomiendo es que busques un lugar tranquilo durante la sesión, así aprovecharemos el tiempo al máximo.

El éxito de la terapia depende de muchos factores, pero sobre todo de dos principales: el compromiso del consultante con su propio proceso y la relación que se establezca entre el profesional y el usuario. Es muy importante que lo que se haya aprendido en sesión se aplique en la vida diaria, es la forma de que la teoría se interiorice y se lleve a la práctica. También es importante darle tiempo a la terapia. Ya sabes, Roma no se hizo en un día. Y para acabar, decirte que si no te cae bien tu psicólogo es probable que no vaya a funcionar. Si se tienen en cuenta todos estos puntos, la terapia tiene muchos puntos para ser un éxito. De hecho ya ha funcionado con cientos de miles de personas y hay sólidos estudios científicos que la avalan, así que ¿por qué no iba a funcionar contigo?

Normalmente uso Google Meet, sin embargo hay pacientes que han preferido usar otras en la que se sentían más cómodos.

Me puedo adecuar a la que tú propongas.